Si Dios promete ofrecer gracia, ¿por qué todavía hace falta confiar en el hecho de recibir esta gracia?
Lutero:
Tanto la fe como la promesa son tan indispensables que ninguna de las dos puede sin la otra. No puedes creer si no hay una promesa en la cual creer; y la promesa no se puede cumplir si no crees en ella. Debe haber una interacción.