¿Entonces la gracia sale muy barata, no, si no hace falta esforzarse para ella?
Lutero:
Cristo se convirtió en Rey y Sacerdote para nosotros y nos regala estas grandes bendiciones, mas nosotros ahora no podemos pensar que esto no fue nada o que costó poco, o que recibimos estas bendiciones por mérito propio. Él venció el pecado y la muerte para nosotros, ¡para darnos gracia y vida! Sin embargo, tuvo que soportar mucha maldad y le costó mucho: para adquirirlo tuvo que pagar el costoso precio con su propia sangre, cuerpo y vida.
Esto es porque no pudo erradicar la ira de Dios, el juicio, la conciencia, el infierno, la muerte y adquirir todo aquello que es bueno sin antes satisfacer la justicia divina, es decir, pagar el pecado y vencer la muerte a través de la justicia.
Por eso el apóstol Pablo, cuando proclama la gracia de Dios en Cristo, a menudo también trata el sufrimiento y muerte de Cristo. Eso lo hace para mostrarnos que Cristo, para colmarnos con tantas bendiciones, tuvo que pagar un precio muy alto. Esto lo hace evidente cuando dice: ‘Dios [lo] puso como propiciación por medio de la fe en su sangre’ (Ro.3:25). O, dicho de otra manera: ‘me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado’ (1Co.2:2).