Usted a menudo habla sobre el pecado. En realidad, personalmente no me siento tan pecaminoso.

Lutero:

He pensado mucho acerca de este tema. Que no sientas el pecado tiene que ver con la naturaleza del pecado. El pecado tiende a esconderse y no puede soportar la luz. Además nos ciega, por lo que dejamos de ver su propia pecaminosidad.

Lo que necesitamos es un tipo de espejo en el cual nos podemos ver como somos realmente en vez de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Cristo es ese espejo. Dios se nos ha acercado y se ‘ha hecho pecado’ por nosotros para mostrarnos cómo somos realmente. Si no hubiera hecho eso nunca habríamos podido ver nuestra verdadera cara.

Por lo tanto, sólo verás tus pecados cuando mires a Cristo, lo cual es un trabajo duro. Significa que tienes que negar ese sentimiento tan obstinado según el cual eres bueno y que no hay nada malo en ti. Además tienes que adoptar un sentimiento distinto (que proviene de Dios) creyendo de todo corazón que efectivamente eres pecador y haces y dices cosas malas. Aunque no lo sintamos nosotros mismos esa es la realidad.