Usted no es realmente partidario del bautismo de mayores…
Lutero:
¡Así es! Aun sin tener en cuenta toda la teología, imagínate la cantidad de problemas que tendríamos si no bautizáramos a personas hasta que llegasen a la edad adulta. Acabaría pasando lo mismo que lo que pasó con las indulgencias: la gente acabaría inventándose ciertas ‘preparaciones’ y ‘valoraciones’, es decir, ‘restricciones’ y ‘limitaciones’ o como quieras llamarle a esas estafas. La gente sería capaz de vender el agua para el bautismo al mismo precio que los pergaminos [de las indulgencias].
Afortunadamente Dios no ha permitido que también este sacramento cayera en manos de la superstición o de la codicia, ya que decidió incorporar a los niños pequeños (que aún no son susceptibles a la avaricia y la superstición) a la iglesia para santificarlos.